No hizo falta investigar demasiado para saber qué hizo Carlos Anselmo Astorga tras recibir una gravísima puñalada en el pecho; sólo hubo que seguir el rastro de las gruesas gotas de sangre que dejó por las calles Luis María Drago -al 800- y Tomás Guido -al 700-, en el barrio Lola Mora, ubicado al sur del Parque 9 de Julio. Tras 150 agonizantes metros de caminata, cayó muerto a pocas cuadras de su casa. La versión que consta en los documentos oficiales de la Policía es que el fallecido y uno de sus hermanos habían ingresado a la casa de un hombre con el que tenían problemas y lo amenazaron con armas de fuego, pero ambos salieron apuñalados.
Los vecinos de la cuadra donde ocurrió el ataque, el domingo a las 20, tienen pánico. “Al fallecido no le salieron los tiros y ahí recibió el puntazo. Pero a esa casa ya la habían atacado tres veces. Hemos llamado varias veces a la Policía porque teníamos terror. Estos días vamos a estar debajo de la cama todo el tiempo. Después del crimen, un familiar de la víctima llegó y tiroteó la casa”, comentó Catalina, una mujer que prefirió no dar su apellido por temor a represalias.
La versión del tiroteo de venganza también consta en los partes de la investigación de la división Homicidios, a cargo de Daniel Cuellar y Hugo Cabezas. “En ese momento casi matan a un chico que estaba al frente, que no tenía nada que ver. Esa gente es peligrosa”, agregó la vecina. Fuentes de la investigación comentaron que tanto la víctima mortal como su hermano habrían tenido antecedentes, y que el presunto asesino no los tendría.
“El hombre que los apuñaló no molesta a nadie; trabaja en la construcción y venía de ahí cuando comenzaron a atacarlo. En un momento llegué a contar seis tiros”, agregó Mario. Otra mujer, que ni siquiera quiso dar su nombre de pila, ilustró: “no tenemos idea de cuantos tiros hubo. Tenemos criaturas, nos metimos adentro de inmediato”.
Astorga y su hermano de 39 años llegaron al hospital Padilla poco después de ser heridos. El primero llegó sin vida, el segundo estaba fuera de peligro. Mientras ellos eran atendidos, el autor de las puñaladas escapaba hacia la zona de Los Aguirre. Su casa ayer estaba custodiada por cuatro efectivos de Infantería de la Regional Capital, por orden de la fiscala Mariana Rivadeneira.
Durante la medianoche del domingo, todavía seguían en el lugar dos ayudantes fiscales y la Policía Científica. Los efectivos de Homicidios, en tanto, ya habían recibido el dato de que el autor del crimen estaba en Los Aguirre y se dirigieron hacia allí. A la vera de la ruta 157 encontraron una persona muy parecida a la que estaban buscando. Al darle la voz de alto, el hombre no se resistió. Al revisarlo, encontraron un puñal con mango de metal, que sería el arma asesina. Quedó a disposición de la Justicia.